miércoles, 18 de febrero de 2009

Preparativos para la crucifixión


http://www.cult.gva.es/mbav/data/0578.jpg

Preparativos para la crucifixión
1615
Óleo sobre lienzo, 355 x 235 cm
Firmado: "Ioannes Ribalta Ping..."
Ingresa en el Museo por la Desamortización del Monasterio de San Miguel de los Reyes de Valencia.
Nº inv. 578

En 1624 don Fernando de Ribera y Enríquez, duque de Alcalá, es nombrado Virrey de Nápoles en sustitución del fallecido duque de Osuna. Las relaciones entre el nuevo Virrey y Ribera fueron muy estrechas, recibiendo el artista un buen número de encargos y la protección del Virrey, al tiempo que es nombrado Pintor de Corte. Fruto de estas relaciones es este encargo que hoy se encuentra en Cogolludo (Guadalajara).
Ribera presenta el momento previo a la crucifixión con una gran carga emotiva al envolverlo en un fondo oscuro del que parecen emerger las figuras. Cristo está siendo ayudado por el Cirineo mientras que un niño en primer plano mira hacia el espectador con una amplia sonrisa. La figura del Salvador está bañada por un potente foco de luz que crea acentuados contrastes de luz y sombra, ayudando a conseguir una mayor tensión espiritual. No en balde, las figuras de la zona izquierda de la composición apenas se aprecian, destacando sólo algunas partes de sus cuerpos que se iluminan ligeramente.
La influencia de Caravaggio no sólo está presente en la iluminación utilizada sino también en el tratamiento naturalista de los personajes, acercando de esta manera la religión al pueblo, en sintonía con las predicaciones de san Carlos Borromeo. Cristo, la Virgen y los santos se harán de carne y hueso, por lo que el espectador se sentirá más cercano a los seres divinos.
Durante la estancia del lienzo en Sevilla, el estilo de Ribera dejó una acentuada impronta en Alonso Cano y Zurbarán.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/10741.htm

Juan Rivalta

Juan Ribalta (Valencia, 1597 - id. 9 de octubre de 1628) fue un pintor español, hijo del afamado Francisco Ribalta con el que compartió taller y obra.

Excelentemente dotado y criado en un taller en el cual el conocimiento del oficio era tan profundo, fue, desde su primera juventud, discípulo y colaborador de su padre. El erudito Marcos Antonio de Orellana precisa la dificultad de separar la obra del padre de la del hijo, en constante contacto. Según Palomino, que se refiere a la obra de ambos, «no se distinguen cuáles sean del padre y cuáles del hijo, y sólo hay alguna mediana diferencia en que la manera del padre fue algo más definida y la del hijo algo más suelta».

Era un mismo taller en el que ambos artistas, de idéntica técnica, trabajaban en colaboración muy íntima. La documentación del retablo de Andilla permite suponer que los bocetos solían ser de Francisco, y de Juan su realización. Conocemos escasísimas obras que sean sin duda, atribuibles a Juan: la ejecución del retablo de Andilla, según bocetos de Francisco; el Apóstol que se encuentra atrubuído a él en el Museo del Prado; y acaso una pintura al reverso de una lámina de cobre grabada y firmada por Juan en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Fue además de pintor, poeta, y como tal intervino y obtuvo premio en el certamen con que se celebró en Valencia, en 1620, la beatificación de Tomás de Villanueva. Falleció meses después que su padre